martes, 7 de febrero de 2012

CRÓNICA SALIDA A LES CARPES

Buenas,

Frío soportable, nada que ver con las previsiones apocalípticas que se habían formulado para este fin de semana. -2º al arrancar de Castellbisbal; temperatura habitual en varios fines de semana invernales. 0ºC en Diagonal, 1ºC en Viladecans y -1ºC en Sant Pere de Ribes. Frío por todos lados, vamos. Braga para tapar la boca, cinta para las orejas, botines y doble guante, es decir, la misma equipación que hace un par de semanas en la salida a Sitges (cuando hacía -1ºC al arrancar).

Follón en Molins con la m... de la p... feria de la Candelera. Me lleva más minutos de lo habitual cruzar el pueblo. Llego a la nacional a las 9:05 y no veo al Rodríguez en la esquina del puente. Alarma. ¿Habrán pasado? Ningún problema, estamos en el siglo XXI y salvo casos extremos tipo Paco Perona, todo dios sale en máquina con el móvil encima. Llamo al Kike, pero no contesta. Pruebo con el David, y más de lo mismo. Y el Rodríguez, también ausente. ¿Se han quedado todos en casa? ¿Van en batalla y pasan de coger el teléfono? Pues nada, que les den y voy tirando, que ya me conozco el recorrido.

Subiendo hacia Castellbisbal me empieza a vibrar algo dentro del bolsillo. No recuerdo haberle quitado ningún juguetito a Montse, así que deduzco que será el teléfono. Pie a tierra, tiro la máquina a la cuneta, me quito el guante gordo (el fino, ni que me maten), abro como puedo la cremallera, saco el móvil de la funda de plástico y llego a tiempo de descolgar antes de que cuelguen. Era el Kike, desde el curro. Uno menos para hoy. Me confirma que el David sí que salía y hacía la ruta. Vuelvo a llamarle, pero nada. La mano comienza a reclamar su segundo guante, así que vuelvo a guardarlo todo en el bolsillo y arranco de nuevo. Ritmo alegre hasta el cruce de los Once, para calentar la ropa y no pasar frío en el descenso hacia Martorell. Llego a las Choperas, ya huelo a butifarra. Veo al Jordi Tornay, que ha salido más tarde y ha ido por lo corto. Dentro espera el Rodríguez, que no ha parado en Molins por miedo a enfriarse, y nos hemos cruzado mientras hacía mi gimkana entre los stands de la feria. Al rato llegan Montse, mi cuñao y Jacinto, todos en coche. E, instantes después, los ovejas negras que esta semana han decidido compartir almuerzo con la sección oficial. Con ellos viene David, que se ha empanao con el horario y pensaba que se salía a las 9. Sólo viene la sección joven, y el Bombi que es de DNI veterano pero de espíritu juvenil.

Tras el almuerzo, sólo la sección oficial decide seguir el recorrido previsto. Subida por la urbanización de las Carpas, para entrar rápidamente en calor y enlazar con la subida a Ullastrell. Ritmo cojonudo de Jordi Tornay que nos permite subir de cháchara y digiriendo el almuerzo. Llegando a Ullastrell ya sobra el doble guante, la braga y hasta los calcetines; el sol y la subidita van haciendo efecto. Descenso veloz hacia Castellbisbal y Molins, a relevos y aprovechando el viento de culo. Allí nos separamos, doy media vuelta y subo de tranquis hacia casa, sin agobiarme por el viento que ahora sopla en contra. Dudo entre quedarme en el pueblo o seguir hasta el cruce de los Once, hasta que el viento que no para de soplar me saca de dudas.

Próximo sábado, salida al Suro, por Olesa y el Palomar. A las 8:30, David, a las 8:30...

Nos vemos,
Ernesto




3 comentarios:

  1. Veo que habeis abierto un blog de crónicas, os saludo cordialmente y claro está, os seguiré en la sombra, en el lado oscuro, recibid mis mas sinceras felicitaciones. Un saludo y... espero veros en la carretera y que no me tireis por un terraplen. NOS VEMOS!!!!

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  2. No Manolo,yo en el tema de la bici no tengo que tirar a nadie por ningún terraplen,la bici es ante todo diversión y evasión,por lo que los enfados y los malos rollos no tiene ningún sentido,para eso ya tenemos otras cosas en la vida,eso si sobre todo este tema que tu y yo sabemos siempre pensare que las cosas se podrían haber echo de otra forma........Saludos.

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